El eje intestino-cerebro está más comprobado que nunca, confirmando que la relación entre lo que comemos y cómo nos sentimos está totalmente ligado.
Los productos comunes y de fácil acceso de hoy en día llenos de azúcar o “libres de azúcar” pero con azucares escondidos con otro nombre (Glucosa, Fructosa, Galactosa, Sacarosa (azúcar de mesa común), Lactosa, Maltosa) y grasas trans o el poco equilibrio entre las grasas polisaturadas y monoisaturadas causan además de problemas en nuestro peso y salud física, problemas en nuestro cerebro afectando desde nuestro estado de ánimo hasta incrementar el riesgo a padecer Alzheimer, o Parkinson.
Nuestro cerebro es reprogramado a corto plazo dependiendo que es lo que comemos. Esto comienza con nuestras primeras comidas, antes de nacer. Nuestro cerebro empieza a desarrollarse durante el embarazo (esto se estudió en la universidad de Melbourne con 23.000 mujeres embarazadas), los resultados son impresionantes, las "pataletas", llantos, intolerancia a la frustración son mucho mayores en aquellas madres que tienen una dieta baja en fibra, alto consumo de alimentos procesados, tortas, bebidas dulces y comida chatarra. Como también la alimentación de los niños incrementa los miedos o las pesadillas.
Una alimentación alta en azúcar o grasas malas como ya sabemos es perjudicial para nuestra salud. Pero un desequilibrio en los nutrientes y macronutrientes es igual de perjudicial. Hoy en día, los alimentos procesados tienen alto contenido de Omega-6 (grasa muy beneficiosa para nuestra salud tanto cardiovascular y para regular nuestros niveles de azúcar en la sangre) pero es necesario el equilibrio con el Omega 3, alimento escaso en los alimentos procesados.
La relación Omega-3/Omega-6 debe de ser 3/2, hoy en día en una dieta común es de 1/10 ,
Sin omega-3 nuestro cerebro es incapaz de desarrollarse de manera correcta, esto por que nuestro cerebro esta compuesto por células grises que son 90% grasas que nuestro cuerpo no puede producir por si mismo.
Las neuronas que son ricas en Omega-3 pueden transmitir la “información” más rápido, haciendo la red neuronal más eficaz. Como una dieta baja en omega-3 puede afectar la eficacia cerebral, en la vejez por ejemplo, el cerebro es capas de absorber menor cantidad de ácidos grasos omega-3.
Por otro lado más del 85% de la serotonina (hormona de la felicidad y que es una sustancia química usada por las neuronas para poder comunicarse, es decir funciona como neurotransmisor)) se encuentra en el tracto gastrointestinal, la serotonina la que se encarga en equilibrar nuestro estado de ánimo, controlar el apetito, nuestro sueño, equilibrar los niveles de estrés. Una deficiencia de serotonina puede hacer que te sientas triste, deprimido, desmotivado, mala memoria, dificultades para dormir bien, ansiedad o depresión.
El aminoácido esencial "Triptófano" es el encargado de "fabricar" la serotonina, este aminoácido es esencial porque nuestro cuerpo no puede "crearlo" es por esto que es importante añadir alimentos con Triptófano en nuestra dieta. Las harinas blancas, las grasas saturadas y el azúcar por ejemplo, minimizan la cantidad de triptófano en nuestro cuerpo, haciendo más complicada la "fabricación" de serotonina.
Sabías que, según la OMS, la depresión es la principal causa de problemas de salud. Y es la segunda causa mundial de incapacidad, solo por detrás de las enfermedades cardiovasculares.
Sabías que la malnutrición es la primera causa de muerte en el mundo. (La malnutrición abarca desde la diabetes, infartos, hasta la obesidad)
> Los prebióticos al ser alimento para las bacterias beneficiosas de nuestro intestino, potencial la salud intestinal, generando que los alimentos que se ingieren sean "mejor aprovechados".
> Los frutos secos son el medicamento natural para combatir la depresión, irritabilidad, ansiedad, angustia, tristeza, insomnios, estrés. Esto se debe a que los frutos secos son ricos en triptófano, omega 3, magnesio y zinc, que juntos sintetizan eficazmente la serotonina (hormona de la felicidad), la que estimula la sensación de bienestar, relajación, mayor autoestima, concentración. Además, la serotonina aporta en el equilibrio entre los neurotransmisores dopamina y noradrenalina, relacionados con la angustia, ansiedad y trastornos alimenticios.
Incluyendo frutos secos en la dieta diaria por doce semanas, con porciones de 30 gramos para una dieta común y 50 gramos para una dieta vegana/vegetariana, se logran los beneficios, ayudando a regular la serotonina en nuestro cuerpo.
Además los frutos secos, aparte de tener magnesio, el que interfiere en la producción de triptófano, tiene hierro, un mineral que es fundamental para que las células cerebrales puedan funcionar con normalidad. Por ello, la regulación de hierro se relaciona con mayor capacidad de concentración, de atención y mejor memoria. Por ende, mayor y mejor rendimiento escolar/laboral.
TREMENDO ALIMENTO!